APRENDER A COMUNICAR (SE) EN LAS AULAS

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"El aprendizaje de la comunicación en las aulas, en el aprendizaje de la comunicación en las aulas" de Carlos Lomas, 
(2002) España: Paidós

El autor plantea en este artículo cómo el currículo es un contexto de comunicación y las aulas son escenarios comunicativos en los que la educación se orienta al aprendizaje de la comunicación. En estas líneas reflexiona sobre las habilidades lingüísticas necesarias para un adecuado desarrollo de la competencia comunicativa del alumnado.

En este sentido, es fundamental en su opinión orientar también algunas de las tareas educativas en las clases al estudio de las estrategias verbales y no verbales que habitan en los textos de los medios de comunicación, por la incidencia de estos textos en sus ideas del mundo. El fin último no es otro que una educación integradora, abierta y flexible.

Hasta hace poco tiempo la investigación educativa sobre la vida en las aulas oscilaba entre la argumentación sociológica y la indagación psicológica, es decir, entre el análisis del modo en que la escuela ayuda a difundir algunas ideologías y a transmitir el conocimiento legítimo y el estudio de los procesos cognitivos implicados en la adquisición de los aprendizajes y por tanto en el diseño de los distintos métodos de enseñanza.

La vida en las aulas es un lugar que se presta al interés para observar y analizar, pues el aula ya no es solo un escenario físico del aprendizaje escolar, sino también ese escenario comunicativo donde se habla y se escucha (y donde algunos se distraen, donde se lee y se escribe, donde unos se divierten y otros se aburren, donde se hacen amigos y enemigos, donde se aprenden algunas destrezas, hábitos y conceptos y la vez se olvida de otras cosas.

El aula es un espacio donde se intercambian ideas, mensajes, contenidos, etc. a través de la cual socializan, es decir, que la comunicación juega un papel muy importante

Desde esta perspectiva, el currículo no es sólo una retahíla de finalidades y de contenidos debidamente seleccionados: es también hablar, escribir, leer libros, cooperar, enfadarse unos con otros, aprender qué decir a quién, cómo decirlo y cuándo callar, qué hacer y cómo interpretar lo que los demás dicen y hacen.

El cruzar palabras con muchas personas, no significa que realmente haya una comunicación en donde se trasmita un mensaje o un contenido, tampoco el hablar de manera apropiada, entender lo que se escucha o lo que se lee. Así se marca una diferencia entre el uso cotidiano de las palabras y las diferentes situaciones en las que se puede considerar una comunicación. La educación debe ser un proceso de comunicación, no solo una reproducción de palabras.

Competencia comunicativa y educación

El objetivo esencial de la educación lingüística en la enseñanza primaria y en la enseñanza secundaria es la mejora del uso de esa herramienta de comunicación y de representación que es el lenguaje.

La lengua en la escuela se convierte a menudo en una transmisión de contenidos académicos que casi nada tiene que ver con el uso cotidiano que es el lenguaje.

Hablar en clase

Los actos de habla constituyen un aspecto esencial de la conducta humana y en consecuencia de la identidad sociocultural de las personas.

El habla en las aulas, no tiene la importancia necesaria que requiere, ya que se parte de la idea de que por el hecho de hablar, uno ya comprende todo o que se está diciendo, y esta es una idea errónea, porque con el primer núcleo en donde se desarrolla esta habilidad es la de la familia, y es aquí donde se maneja un nivel básico, por lo tanto en la educación y en la aulas se requiere un uso más oral más formal y elaborado.

Leer, entender y escribir

Al enseñar a leer, a entender y a escribir la escuela no sólo favorece el aprendizaje escolar de los contenidos educativos de las diversas áreas del currículo. Al leer y al escribir (y al hablar y al escuchar) los niños y las niñas aprenden también a usar el lenguaje en su calidad (y en su cualidad) de herramienta de comunicación entre las personas y entre las culturas.